Buceando en la laguna

Saludos, bankiteros del mundo!
Al fin he conseguido encontrar el remanso de paz que me permite escribiros mis andanzas, es decir, mi casa. Desde esta isla, a medio camino en todos los sentidos entre la peni (como aquí se llama la peninsula) y el caribe, paraiso de mil climas y bichos, me situo en una ciudad-pueblo donde el 80% de los dias está nublado o llueve, llena de estudiantes, propios y extranjeros, kinkis; y os cuento, mas o menos, mi historia hasta ahora:
Aterricé un sábado buscando un albergue que esa mañana había visto en internet y que resulto no existir, seguí preguntando por otro del que me habían hablado en málaga pero del que nadie tenía noticia y continué deambulando, ya a ciegas, con las maletas de un año y solo un brazo, a la espera de que alguno fuese de verdad. Lo encontré, pero estaba lleno, así que me fuí al que parecía la última opción de la zona. Allí me acogieron esa noche por unos "modicos" 30 pavos. Y busqué piso. Al dia siguiente me cambié al otro, más barato, y busqué piso. Al dia siguiente, busqué piso y al siguiente, buscando piso, me encontré a Maria, una amiga de mi hermana, que también se queda este año aquí estudiando, y con la que ya he recorrido más de media isla: playas, barrancos, fiestas, clases de batukada... porque resulta que esta muchacha se hace amigos como pichos cria un chumbo y ya de hecho conocemos a un porcentaje importante de los personajes locales. Ya os contaré el viaje al barranco de Masca, porque ese en concreto fue una pasada. El caso es que seguí buscando piso y 6 días después de mi llegada dí con una pequeña casa terrera, en la ciudad, solo ocupable la 2ª planta, que me gustó bastante (sobre todo la azotea). Abandoné a los que eran mis compañeros de búsqueda (que nada tenían que ver con los anteriores) que prefirieron un piso y me metí solo allí. Puse carteles y me llamó (además de más gente) un valenciano, quedé con el y me cayó bien. Me pareció buena gente (y lo es), le gustaban mucho las plantas, tanto las de yerba como las demás, estabamos de acuerdo en algunas cosas y me dijo que vendría un amigo suyo polaco. Al dia siguiente firmamos el contrato y más tarde me dijo que el polaco era su pareja. Al principio me impactó un poco y, sin ser descortes, me fui a comprar tabaco. Volví al rato y comprobé que el chaval ( que tiene 32, el polaco 25) estaba bastante afectado y se sentía mal por no habermelo dicho antes. Era comprensible. Así que le dije que yo me quedaba con la habitación de matrimonio y en paz. Quedó conforme y ahora vivimos los 3, en buena y agradable convivencia pero sin mariconeo, pese a lo que pueda parecer.
En fin, que después de todo he conocío ya a bastante buena gente y aun así os hecho más de menos de que pensaba que os iba a hechar, que no era poco. Espero que a todos os vaya de verdad de puta madre y seguiré mandando noticias, y con esta un abrazo.