Granjero por un día

Muy buenas señores !

Aquí vuelvo para contaros mis batallitas...

Después de dos semanas de innumerables fiestas de lunes a lunes y repito porque me enganchan... Y la frustrante estrechez de las chilenas... Hoy ha sido un día muy productivo ! jaja

Jano, un osornino muy folclórico, me ha invitado al campo de sus padres. Este terreno inmenso, lleno de casetas muy viejas, gallinas, ovejas, vacas, abejas, perros, gatos, invernaderos, huertos, chatarra y tractores, perdido en el camino hacia Puerto Montt, me ha calado en los huesos. Y no sólo por la paliza que me he pegado trabajando y la comida ecológica exquisita, también porque la madre es una ecologista que ha sido maestra muchos años.

Las fiestas me han dejado secuela, y esta mañana he amanecido echo una mierda (o como dicen esta gente: "pá la cagá" jajaja). Pero sin rechistar me he presentado en la terminal de bus donde había quedado con Jano.

Con suerte, hemos ido en coche, así que no he tenido que gastarme ni un peso (y menos mal, porque tuve un problemilla de memoria y tengo la tarjeta bloqueada jajaja... sí, soy un capullo y vivo en otra franja horaria).

La entrada del campo es como atravesar el armario de Narnia, un túnel de vegetación te lleva a un mundo verde inspirador de los cuentos de hadas. Y tras un largo saludo a los perros, entré en la casa. Es una casa que por fuera no te dice nada, a parte de que es gigante, pero que por dentro está impecable, todo de maderita muy bien cuidada y muy acogedora.

Antes de comer, estuvimos dando una vuelta por el terreno y recogiendo pinatras ("Cyttaria berteroi"), un tipo de hongo que salen en esta época en los árboles, y aunque no tienen mucho sabor, a mi me encantan jejeje (se pueden comer tal cual, en ensaldas o salteados con cebolla y ajo).

Después de la comida que haría explotar a una vaca, y una charla sobre ecologismo, cultivo e incluso historia, llegó el momento de la verdad... A desparasitar ovejas !

La verdad que no se cuántas habría, pero entre corderitos y adultos unos cuarenta (y no se si me estoy quedando corto...). Había que encerrarlas en un espacio reducido y una a una agarrarlas (aunque tontas sería un eufemismo de su escasa inteligencia se escurren que da gusto). Se les hacía tragar a todas una leche antiparasitaria, rociarle un poco de una especie de shampú para los piojos y otros parásitos, y a las hembras, marcarlas con un arete (pendiente identificativo) en la oreja y una goma que le estrangula el rabo a partir de la segunda vértebra de ésta para que se le caiga en unos 20 días por higiene (la verdad... que me dan lastimita...).

Y finalmente, mi rol como granjero, termina con el manejo de un tractor con un remolque que ara, siembra y apoltrona :D

Un abrazo señores !!