Guanajuato, teniendo casa

Que dicen pinches pendejos!!!

Les escribo desde mi terraza, hace un momento estabamos tomando el sol, aunque tengo que decir que aquí también llueve bastante y puede empezar en cualquier momento. Estoy con Luisa y Gonzado. Ellos son dos de mis 5 compañeros, somos 6 en total: una argentina, una sueca, una méxicana, un ruso-alemán y dos malagueños. Vivimos en dos departamentos, uno sobre otro, al lado del Pípila.

El Pípila es una enorme escultura de un heroe legendario que ayudó a ganar la primera batalla por la independencia mexicana contra los españoles. Esta gigante escultura de piedra está en lo alto de una de las numerosas montañas sobre las que se decidió construir esta ciudad colonial tan linda, capital del Estado de Guanajuato.

A causa de tanta montaña (Álora es una broma) se me va a poner el culo muy duro, me asfixio cada cuatro pasos y disfruto de unas vistas a las que todavía no me he acstumbrado.

Desde nuestra casa se ve todo el centro, lleno de casa de colores chillones. La arquitectura aquí es super anárquica, la casa no tiene dos paredes que hagan un ángulo recto, esto es como un pueblo gigante de colorines lleno de cerros y escaleras.
Me siento muy afortunada por mis compañeros de piso y por la casa, que poco a poco empieza a ser una casa decentemente limpia y con las cosas que tienen las casas (nos la dieron con camas, colchones y cuatro muebles). El primer dia que dormí aquí fue tapandome con la toalla y veinte capas de ropa pasando frio y sintiendome muy pequeña en algo tan vacío.

Todo a ido cogiendo color con el paso de los dias, el punto de inflexión fue conocer gente, que estaba como yo a gobiada por encontrar una casa y queriendo integrarse en este paisaje tan peculiar.
El lunes empiezo las clases: fotografia analógica, digital, pintura y grabado, a ver si no desentono mucho por que aquí la gente creo que es muy curranta y buena.
Un abrazo a todos

Terminando la actualización a la noche después de muchas "interrupciones"
2:10 a.m. Guanajuato, México