Esperando encontrar el momento de contar la aventura en las playas de Sayulitas, hemos dejado pasar mucho tiempo, pero bueno, nunca es tarde. Nuestro viaje de jueves a domingo fue a principios de agosto.
El viaje de ida estuvo marcado por las Putitas, que son un coctel, de receta desconocida, que te pone muy pedo, fruto de la inventiva de Recreo y Fran, dos de los más locos a los que le debo haberme bañado en el Pacífico a día de hoy. La cuestión es que durante gran parte de las 11 horas que duró la travesía, todos bebiamos Putitas, fumabamos y estabamos de fiesta en el autobús… sí, esto es México! Cada uno de nosotros lo pasó mal cuando “no” llegaba la hora de que se parara para poder ir al baño. Las últimas veces, algunas flipadas como Candela, Paulina y yo bajabamos descalzas… demasiado borrachas y meonas.
Una vez llegamos allí el tiempo empezó a ir más despacio y la noción del tiempo se nos atrofió. Cuando eran las 4 de tarde pensabamos que eran las 8, o por ejemplo, la noche del sábado Ana, Rafa y Candela(!!!) se acostaron a las 12 de la noche, pero no os creais… no se podían mantener en pie… Dormiamos poco en general, una de las razones, nuestra tienda de campaña para 2 en la que nos metíamos los cuatro. Aunque lo intentamos, en realidad en ningún momento dormimos los cuatro a la vez, siempre alguien tenía que buscarse la vida en otra tienda ¡hidrocálida!
El clima era semi-selvatico, muchísima humedad y calor. Nublado a partir del segundo día y lloviendo por las noches. Con el extremo calor, nuestro querido Pacífico no ayudaba aveces mucho, dada su alta temperatura, pero aun así no importaba. Estabamos en el Pacífico.
Cangrejos rojos, arena beige, surferos, fragatas, cernícalos, ermitaños por todos lados paseando, lluvia que refrescaba, sol que abrasaba, cerveza fresquita, mota, palmeras con coco, ron con leche de coco en coco, calas alucinantes, olas trepidantes, tabarros gigantes, ormigeros en los árboles… Habría que destacar dos cosas: los mosquitos y las hormigas, las segundas, muy territoriales y con unas pinzas no especialmente grandes, pero muy potentes. Si te parabas en su camino de la alacena a la casa y de la casa a la alacena sin darte cuenta, que le pregunten a Candela. Te daban unos mordiscos que te hacían gritar, pero aun así… ya sabeis, había que amarlas.
También contaros que estamos hechas unas equilibristas increibles, bueno, no para tanto, pero sí que disfrutamos con la cuerda, y avanzamos en dos días lo que no pensabamos que fueramos capaces. Ana la más crack gracias a varios factores de los que le doto la naturaleza: su estatura, el centro de grabedad está más bajo, y su gancho-dedo que se agarraba a la cuerda… ya sabemos los pies de ana, son especiales, su superficie es mucho mayor jejeje es broma, la crack se hacía la cuerda entera, de palmera a palmera… aiii Sayulitas!
Bueno, me despido ya, que he soltado un rollo dificil de digerir, Muchos besos a todos los bankiteros.
Tenía una selección muy buena de fotos, pero no puedo subirlas, una pena.
Guanajuato, México a 2 de septiembre.
la de sitios increibles y paisajes guapísimos que estais viendo, os lo juro, esto es envidia!!!!!!!!! (y nosotros aki dexamene)
ResponderEliminarRosita marcate unas fotillos y una revisión de la ortografía xf jajajjaa
ResponderEliminargrabedad, durmimos, ormigeros... jajaja Jorge no te pases y un poquito de consideración ehhh que cuando se dió la b y la v, la h muda y el verbo dormir, ella estaba mala y faltó aquel dia.
ResponderEliminaraiiiimmm !! que guapo !! no estaría mal que hubiera por aquí algo de mota y cocos con ron ! jajaja :D
ResponderEliminarun abrazo !! :)
no na mas ke frio ke es lo que estais pasando, no davilillo?
ResponderEliminarya bendrán tihenpos mehore (jejejejej)