Un final para empezar

Es gracioso pensar que todo aquel que lea esto, muy probablemente, me conoció siendo ya un trabajador semiexplotado. Por primera vez después de seis años y diez meses no tengo jefe, ni horario, ni nómina, ni día de descanso, ni findes de reclusión camperil, ... en definitiva no tengo trabajo.

Es extraño pero a la vez me recuerda que empieza una nueva etapa, en la que no habrá camperos rulando por mi vida y en la que, al menos en parte, voy ha ser más libre.

Aunque me siento de PM por no tener que volver a estar a las 6:30 en el Valdi, me da pena en igual o mayor proporción. Sin Valdi no hubiera conocido a Javi ni a Pili, no hubiera podido tirarle los tejos a mi primilla Ana (en aquellas fechas tan convulsas hormonalmente hablando), no hubiera ido a buscar el aguinaldo con Edu, posiblemente no habría tanta relación entre la familia y yo, ... Y así mil situaciones inducidas por esta hamburguesería que, en mayor o menor medida, me han cambiado la forma de percibir la vida.

Bueno, solo quería que lo supierais porque creo que es algo que en gran medida está estrechamente relacionado con el bankito y con su cada vez más patente desparramamiento, ya que como dijo Xhelazz "se deja a una madre para hacer madre a otra mujer" y yo abandono una vida para intentar empezar una aventura junto a mi secuaz "Lucas". Además este momento es para "disfrutarlo" entre amigos...

Besos y abrazos pa tos los niños y niñas del bankito!! Cuidaos!! Os echamos de menos...